El diseño de Dios para la familia y la iglesia

En el diseño de Dios para la familia y la iglesia, es esencial comprender su proceso y su propósito para nuestras vidas. Desde una perspectiva bíblica, el Señor utiliza la analogía de la familia para mostrar cómo debería estructurarse tanto el hogar como la iglesia, de modo que cada uno cumpla el rol asignado.

Este proceso de vida que Dios ha diseñado para nosotros es profundo y transformador, y uno de los aspectos claves es el concepto de paternidad, tanto en el hogar como en la iglesia. En este artículo, exploraré cómo la estructura de la familia y la iglesia, desde una perspectiva bíblica, requiere una sólida comprensión de roles, especialmente del rol del padre. Pablo, en sus cartas (Efesios 5:22-33), utiliza analogías familiares para explicar la estructura de la iglesia y enfatiza que Mashiaj es la cabeza, estableciendo un paralelismo con la autoridad en la familia. Pero, ¿por qué muchas veces se malentiende esta estructura?

La razón puede estar en la influencia de nuestra cultura occidental, la cual difiere mucho de la cultura oriental que permea las Escrituras. En Occidente, por ejemplo, se ha erosionado la figura de la autoridad paterna, y es la mujer quien ha asumido el rol de proveedora en ausencia del padre. Esto genera desbalances que van en contra de la estructura que Dios diseñó para la familia.

La paternidad y la familia según el diseño de Dios

La falta de una figura paterna sólida en muchas familias de América Latina es un reflejo de cómo se ha perdido la autoridad y la responsabilidad que El Eterno asignó al hombre en el hogar. Pablo instruye a los hombres a ser proveedores, protectores y líderes de sus hogares, roles que no pueden ser fácilmente reemplazados.

En muchos casos, la cultura machista ha debilitado a los hombres al punto de desentenderse de sus responsabilidades en la familia, dejando la carga a las mujeres, quienes han sabido asumir este importante rol.

Sin embargo, El Eterno creó a cada miembro de la familia con roles distintos pero complementarios: el hombre como protector y proveedor y la mujer como apoyo fundamental. Al alterarse este orden, se debilita el hogar y se crea un vacío en la función paternal. Dios mismo se describe como «Padre», demostrando no un machismo, sino un amor profundo e incondicional que requiere respeto y obediencia.

Satanás ha trabajado para distorsionar este diseño de la familia. Ha socavado la figura paterna, usando incluso elementos culturales y religiosos que exaltan a lo femenino, y que ponen al hombre en un segundo plano. En lugar de hombres fuertes, la sociedad está produciendo hombres «femeninos» en carácter, aquellos que evitan la responsabilidad y no logran sostener un hogar. Esta situación es un problema que ha escalado y ha afectado a la iglesia misma.

Esta estructura permite una armonía en el hogar que agrada al Eteno. Sin embargo, en la cultura moderna y particularmente en América Latina, hemos visto una fuerte disminución en la figura de autoridad paterna, generando familias donde la madre ha tenido que asumir responsabilidades que, según el diseño divino, pertenecen al padre.

Aunque esta situación es notable, el diseño divino no busca imponer un liderazgo autoritario, sino una responsabilidad compartida entre padre y madre, cada uno con funciones específicas que contribuyen al bienestar familiar y reflejan el amor de nuestro Eterno Dios.

La paternidad espiritual en la iglesia: Un llamado al liderazgo

Así como en la familia, en la iglesia el concepto de «paternidad» es esencial para el crecimiento de los creyentes. El rol del pastor no se limita a ser un guía o líder (1 Pedro 5:2-11). Su función principal es ser una figura paterna espiritual que dirige, cuida y protege a la congregación como un padre lo hace con sus hijos.

Sin embargo, muchas iglesias carecen de esta paternidad espiritual, limitándose a una relación superficial entre pastor y congregación. Esto ha creado una iglesia sin identidad y sin dirección, donde muchos creyentes permanecen en una mentalidad de «ovejas», sin crecer ni asumir responsabilidad espiritual en sus vidas. Para restaurar la iglesia como comunidad, los creyentes deben asumir el compromiso de ser hijos responsables y maduros.

La figura de «ovejas» puede representar a los nuevos creyentes en su etapa inicial, pero la Biblia nos llama a ser «hijos» (Romanos 8:14-32), y los hijos heredan, crecen y desarrollan una relación activa con el padre. No debemos depender exclusivamente de los pastores para guiarnos en cada paso, sino que debemos aprender a alimentarnos espiritualmente, buscar la palabra y entender el propósito de Dios en nuestras vidas. Este cambio en la iglesia solo ocurrirá cuando los creyentes asuman su rol como hijos de Dios y valoren la paternidad espiritual de sus pastores.

En conclusión, la autoridad en la familia y en la iglesia es un principio divino diseñado para edificar y fortalecer y este necesita ser restaurado. El Eterno ha asignado a los hombres como cabezas de sus hogares, no para abusar de su poder, sino para ser ejemplos de amor, protección y provisión.

De igual manera, ha colocado a pastores y líderes para que sean padres espirituales que guíen y protejan a Su pueblo, enseñando a cada creyente a ver más allá del rol de oveja y a asumir su identidad como hijo y heredero del Reino. Al retomar estos principios bíblicos y restaurar el orden divino en nuestras familias y en la iglesia, podemos vivir conforme al propósito que Dios ha establecido para nosotros.

Nuestro Eterno Dios diseñó la familia y la iglesia de una forma magistral, y es nuestro deber retornar a ese modelo, respetando la figura de la autoridad espiritual y avanzando como hijos maduros en el Reino de Dios.

Si este articulo ha sido de bendición a tu vida, apoya nuestro ministerio

Scroll to Top